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sábado, 1 de febrero de 2020

El 1 de Febrero me suena Mateo Flecha el Viejo

Mateo Flecha el Viejo (1481–1553) fue un compositor español renacentista nacido en territorio de la, entonces, Corona de Aragón. Se le denomina «el Viejo» para diferenciarlo de su sobrino Mateo Flecha "El Joven". Nació en 1481 en la localidad de Prades, en la Corona de Aragón, hoy provincia de Tarragona. En diciembre de 1522 comienza a trabajar en la Catedral de Lérida, primero como cantante y, a partir de septiembre de 1523 y hasta octubre de 1525, como maestro de capilla. Se cree que posteriormente se trasladó a Guadalajara, al servicio del III duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, donde trabajó durante seis años. Algunos indicios hacen pensar que después se trasladó a Valencia, donde asumió la dirección de la capilla de Fernando de Aragón, Duque de Calabria o, al menos, estuvo vinculado con los estamentos musicales de esta ciudad. De hecho, al menos tres de sus obras aparecen en el cancionero vinculado a dicha capilla (Cancionero del duque de Calabria, también conocido como Cancionero de Upsala). Después se piensa que se trasladó a Sigüenza, donde también fue maestro de capilla, quizás de 1537 a 1539. De 1544 a 1548 ostentaría el mismo cargo en el castillo de Arévalo, en la capilla de las Infantas María y Juana de Castilla, las dos hermanas menores de Felipe II. Se le conoce principalmente por sus ensaladas. Estas son composiciones para cuatro o cinco voces, concebidas para diversión de los cortesanos y que alcanzaron gran fama en las fiestas palaciegas. En ellas se mezclan con frecuencia, diferentes lenguas como castellano, catalán, italiano, francés o latín , también se juntaban distintas formas musicales como el contrapunto o la homofonía. Aparte de las ensaladas, también compuso villancicos. Las ensaladas fueron recopiladas y publicadas en Praga, en 1581, por su sobrino Mateo Flecha el Joven. De las once ensaladas que compuso, sólo seis, El jubilate, La bomba, La negrina, La guerra, El fuego y La justa nos han llegado completas. De las restantes falta una voz. El cantate se da por perdida, ya que su sobrino no quiso publicarla por considerarla demasiado larga. Algunos vihuelistas castellanos como Enríquez de Valderrábano, Diego Pisador y Miguel de Fuenllana adaptaron varias de sus obras para voz y vihuela.
Hoy me suena Riu, riu, chiu.


Textos extractados parcialmente de Wikipedia.
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