El año pasado sonó: Giuseppe Verdi estrena "Aida"
También en este día podrían sonar aquí: Alban Berg+, Bernard Herman+, Chucho Garcia, Enrique Fernandez Arbos, German Coppini+, Harry Warren, Jan Ackerman, Juan Bau, Lemmy Kilmister, Mauricio Kagel, Ralph Moore, Ricky Martin. Y alguna vez lo harán
El 24 de Diciembre de 1781 tuvo lugar en Viena un duelo musical Mozart-Clementi. El Emperador José II era anfitrión del melómano Pablo, Gran Duque de Rusia y de su esposa, la Gran Duquesa Maria Fydorovna y para ese día les había preparado un duelo musical entre Wolfgang Amadeus Mozart y Muzio Clementi. Hacía poco más de medio año que Mozart había logrado que Colloredo aceptase su dimisión, cambiando su sueldo fijo en Salzburgo por la autonomía en la capital y se estaba dando a conocer como pianista. Clementi era un músico sólidamente establecido y un reconocido virtuoso del piano que, en gira por Europa, estaba haciendo una escala en Viena. Y el Emperador aprovechóa la ocasión para impresionar a sus huéspedes con una confrontación espectacular. Ambos músicos acudieron encantados, aunque sin saber nada del juego que iban a protagonizar. En la sala, la expectación era máxima. José II apostó por Mozart, la emperatriz María Josefa por Clementi, que, como visitante, era quien empezaba. Lo hizo con una composición reciente, la Sonata Op.24 nº 2, improvisando una cadenza. y siguió con una obra de enorme dificultad técnica con la que estaba triunfando en su gira, la Toccata Op.11. Mozart, que debió quedar impresionado por la avalancha de notas con que Clementi demostró sus habilidades, eludió hábilmente el enfrentamiento en ese terreno y respondió improvisando un Andante seguido de una serie de variaciones sobre la inocente y sencilla canción popular francesa “Ah, vous dirai-je, Maman” que aquí conocemos como “Campanita del lugar”. Los dos interpretaron e improvisaron después sobre Paisiello, que era por aquella época maestro de capilla en Rusia. Y José II sentenció finalmente un político empate. Pero el propio Clementi admitiría luego que el vencedor había sido Mozart: “Hasta entonces no había escuchado a nadie tocar con tanta alma y tanta gracia”. A su vez, Mozart reconoció haber sido sorprendido por la técnica de Clementi, aunque su valoración final no fue muy amable: “Clementi toca bien, por lo que hace a la ejecución con la mano derecha. Su punto fuerte son los pasajes en terceras. Por lo demás, su gusto y su sentimiento no valen un cruzado. En resumen, es un simple mecánico”. Una pulla con retranca, pues Clementi era también fabricante de pianos. Más adelante, para acabar de arreglarlo, añadirá: “Clementi es un charlatán, como todos los italianos. Indica presto en una pieza, pero toca sólo allegro”. Lo que es evidente es que Mozart escuchó y recordó muy bien las notas iniciales de la sonata con que Clementi abrió la sesión, en la que no hay aficionado mediano que no reconozca la Obertura de La flauta mágica, compuesta diez años después como Clementi señaló reiteradamente, aunque sin dejar de manifestar su admiración por Mozart, a quien, que se sepa, no volvió a ver nunca.
Hoy pongo la Fantasía en Re menor KV 397 que Mozart compuso meses después, obra fruto de aquel duelo.
Textos extractados parcialmente de: ancha es mi casa:
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